Los filtros de carbón activo se utilizan como etapa final del proceso de tratamiento de biogás, o bien, pueden ser utilizados para la remoción de contaminantes en una sola etapa cuando éstos se presentan en una baja concentración
El flujo a tratar entra por la parte inferior del filtro y se hace pasar a través de una capa de carbón activo que adsorbe los contaminantes; el tiempo de saturación del medio filtrante es determinado por el flujo de gas, concentración de contaminantes, y la capacidad del medio filtrante para adsorber el contaminante
En el mercado existen numerosos tipos de carbón activado, la elección debe ser hecha por el usuario de acuerdo a la composición real de biogás y la concentración de contaminantes
Un diseño óptimo del filtro de carbón activado es esencial para su buen funcionamiento, en el que influye la pérdida de presión en el sistema y la velocidad con la que el gas atraviesa la sección transversal del filtro, con ello se asegura que el carbón activado cumplirá con su función de manera eficaz
Otro aspecto importante que debe considerarse al seleccionar el filtro de carbón es el volumen de almacenamiento: un volumen pequeño para tratar un gran flujo de gas provocará la rápida saturación del medio filtrante y en consecuencia, deberá cambiarse con mayor frecuencia, ocasionando la salida de operación del equipo. Un arreglo de dos filtros (uno en operación y otro de reserva) alivian el tiempo de suspensión de operaciones. Un sistema de carga rápida con super-sacos disminuye aún más el tiempo de mantenimiento y ayuda realizar una tarea generalmente sucia de la manera más limpia posible
Finalmente, es importante que el filtro de carbón activado ofrezca seguridad en la operación, ya que en él se almacena un volumen considerable de combustible a presión. Es necesario que el filtro cuente con una línea de lavado con gas inerte, válvulas de alivio de sobre-presión, manómetro y puntos de muestreo para verificar la saturación del medio filtrante